Esta letra trata de los deportes pero en especial del tenis, que Deleuze practicó hasta los catorce años. El deporte está relacionado, para Deleuze, al problema del estilo porque el deporte es "un dominio de variaciones de las actitudes":2 según el peso, según la ligereza y la búsqueda de compensación según esos límites. Un territorio de potencias, que es ,al fin y al cabo, lo que a Deleuze le interesa. En el caso del tenis, Deleuze observa la existencia de no creadores, quienes llevan un estilo existente a una potencia de que carecía el estilo, y por otro lado, los creadores, los que inventan nuevos golpes, nuevas tácticas. Cuando el tenis se convirtió en un deporte de masas, fue Björn Borg, para Deleuze, quien aprovechó eso y lo afianzó. Luego de Borg aparecen campeones no creadores como Guillermo Vilas. Borg impone algo no visto que Deleuze resume en estos datos: un juego atrasado y un golpe liftado4 o la bola lamiendo la red, juego que para Deleuze es lo contrario al juego aristocrático encarnado por John McEnroe. McEnroe tenía golpes para que nadie pudiera seguirlo, imitarlos o reformarlos. Uno de los golpes de McEnroe que Deleuze destaca es aquel por el cual coloca la bola casi sin golpearla. Otro caso que le llama la atención es el del juego de los australianos, antes de la segunda guerra, quienes introdujeron el revés a dos manos.