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Philippe Petit: "Me encantaría cruzar sobre un cable desde la Torre Mapfre al Hotel Arts"
'LaVanguardia.com' habla con el funambulista que en 1974 cometió en las Torres Gemelas de Nueva York uno de los grandes crímenes artísticos de la historia
Vida| 14/03/2012 - 00:02h
Barcelona Periodista
El 7 de agosto de 1974 Phillippe Petit llevó a cabo uno de los crímenes artísticos más sonados de la historia. Con la ayuda de un reducido grupo de cómplices, y tras años de detallada planificación, este funambulista francés, entonces con 24 años, nacido en Nemours, Francia, a unos 1.000 kilómetros de Barcelona, tendió un cable entre la torre norte y la torre sur de un recién estrenado World Trade Center de Nueva York para actuar durante 45 minutos ante la mirada atónita y fascinada de transeúntes, autoridades y, finalmente, del mundo entero. Estaba a más de 400 metros del duro asfalto.
La hazaña quedó notablemente narrada en el oscarizado documental Man on Wire, premiado también en Sundance y en los británicos BAFTA en 2008, así como en el libro Alcanzar las nubes (Alpha Decay, 2007).
LaVanguardia.com se ha puesto en contacto recientemente con Philippe Petit, que hoy tiene 62 años, para conocer sus impresiones acerca de una nueva proeza que tendrá lugar este verano y que hace un siglo que no se produce. El protagonista es en este caso el estadounidense Nik Wallenda, quien tiene previsto cruzar las cataratas del Niágara, desde Estados Unidos hasta Canadá, también sobre un cable. "Le deseo toda la suerte del mundo", dice Petit, que vive y trabaja actualmente en Nueva York.
Siempre "muy ocupado", el artista francés escribe libros, continúa en proyectos de funambulismo y ofrece conferencias por todo el mundo, explica en una conversación telefónica. "No tengo una receta especial para amar mi trabajo, es algo natural. La vida es corta y mejor que la disfrutes viviéndola. A cualquier hora del día debes estar contento de tratar de conseguir tus metas, no tienes que forzarte a seguir la corriente".
¿Siempre ha hecho lo que ha querido?
Desde que era muy pequeño he hecho lo que quería hacer,
incluso si eso me ha llevado a desafiar a las autoridades: mis padres, el colegio... Empecé a aprender por mi mismo un montón de cosas: magia, malabarismo, funambulismo, como construir cosas, como hablar diferentes idiomas... Y continúo practicando cada día algo de malabarismo y funambulismo, para mantenerme en forma para mi siguiente actuación. El secreto que me mueve es la pasión.
A menudo leemos en los diarios o escuchamos en las noticias que la economía está en la cuerda floja y tengo curiosidad por saber qué piensa precisamente usted de esto. ¿Cree que hay 'funambulistas de la economía' en Wall Street?
Los de Wall Street no van por la cuerda floja, ellos tienen todas las medidas de seguridad posibles. Es una metáfora demasiado fácil. De todos modos, para mí es algo complicado responder a estas preguntas porque no sé y no comprendo qué está sucediendo con la economía. No leo diarios, no tengo televisión y nunca hablo de política porque no entiendo qué es.
¿Y cómo lo hace?
Vivo en un planeta completamente diferente. Si estuviera conmigo unos días vería que desde el minuto en el que me levanto estoy apasionado con algún proyecto, con alegría, con ganas y entonces me da lo mismo si llueve o hace sol porque no creo en las reglas. No entiendo la época en la que vivimos, no entiendo cómo vivimos. No entiendo a la gente que nos gobierna. Y por eso he creado mi propio mundo, que he fabricado con las cosas que más amo. E intento ser lo más perfeccionista que puedo en conseguir mis sueños.
Pues siento preguntarle lo siguiente, ¿cuál ha sido su peor experiencia en el trabajo?
Lo peor es cuando pones todo el empeño en un espectáculo y ves que hay gente a tu alrededor a la que no le interesa lo más mínimo lo que estás haciendo. Es criminal. Si eres un malabarista y alguien hace ruido, pierdes la concentración y las bolas caen. Pero es que si estás en lo alto de la cuerda floja, si pierdes la concentración, ¡pierdes la vida!
¿Alguna vez se ha caído?
No lo llamaría "caída". Practicando, en alguna ocasión, sí que me he salido de la cuerda. De todos modos, "caer" es un verbo que no entra en mi vocabulario. Si no fuera así no estaría aquí para responder a esta pregunta.
He leído que el mismísimo Muhammad Ali le dijo que admiraba su valor, ¿cómo fue eso?
Estábamos haciendo cola Muhammad Ali y yo para recibir el premio de la cadena de televisión en la que tanto él como yo habíamos salido en diferentes programas. Estábamos codo con codo y, de repente, se me acercó y me susurró al oído: "Tú sí que tienes pelotas". (ríe)
Vaya, tiene usted amigos famosos...
Cuando actúas por todo el mundo es normal. Sting, Robbie Willliams... Tengo amigos que todo el mundo sabe lo que hacen pero, claro, no estoy aquí para hacer amigos que sean famosos. Si tengo un proyecto ellos me dan sus consejos, pero nada más.
En Barcelona tenemos dos torres que recuerdan, salvando todas las distancias posibles, a las Torres Gemelas de NY que usted cruzó en 1974. Son la Torre Mapfre y el Hotel Arts.
Me encantaría actuar en Barcelona. Me encantaría poder cruzar desde la Torre Mapfre al Hotel Arts. Me gustaría ir a su ciudad para trabajar en un proyecto así. Si alguien me invita a poner una cuerda en algún lugar de la ciudad, aquí estoy. ¿Sabe qué?
Dígame
Nunca he actuado en España. Me gustaría también poner una cuerda en una plaza de toros, o en la Puerta de Europa de Madrid. Seguro que hay un montón de sitios donde poder actuar. De todos modos, no tienen porque ser los edificios más grandes y altos, simplemente tiene que ser algo bonito y diferente. Por ejemplo, una de mis ideas es poner una cuerda en una cueva gigante llena de velas, con música clásica. Mis proyectos no tienen porque ser los más grandes o los más altos, simplemente deben ser bellos.
La hazaña quedó notablemente narrada en el oscarizado documental Man on Wire, premiado también en Sundance y en los británicos BAFTA en 2008, así como en el libro Alcanzar las nubes (Alpha Decay, 2007).
LaVanguardia.com se ha puesto en contacto recientemente con Philippe Petit, que hoy tiene 62 años, para conocer sus impresiones acerca de una nueva proeza que tendrá lugar este verano y que hace un siglo que no se produce. El protagonista es en este caso el estadounidense Nik Wallenda, quien tiene previsto cruzar las cataratas del Niágara, desde Estados Unidos hasta Canadá, también sobre un cable. "Le deseo toda la suerte del mundo", dice Petit, que vive y trabaja actualmente en Nueva York.
Siempre "muy ocupado", el artista francés escribe libros, continúa en proyectos de funambulismo y ofrece conferencias por todo el mundo, explica en una conversación telefónica. "No tengo una receta especial para amar mi trabajo, es algo natural. La vida es corta y mejor que la disfrutes viviéndola. A cualquier hora del día debes estar contento de tratar de conseguir tus metas, no tienes que forzarte a seguir la corriente".
¿Siempre ha hecho lo que ha querido?
Desde que era muy pequeño he hecho lo que quería hacer,
incluso si eso me ha llevado a desafiar a las autoridades: mis padres, el colegio... Empecé a aprender por mi mismo un montón de cosas: magia, malabarismo, funambulismo, como construir cosas, como hablar diferentes idiomas... Y continúo practicando cada día algo de malabarismo y funambulismo, para mantenerme en forma para mi siguiente actuación. El secreto que me mueve es la pasión.
A menudo leemos en los diarios o escuchamos en las noticias que la economía está en la cuerda floja y tengo curiosidad por saber qué piensa precisamente usted de esto. ¿Cree que hay 'funambulistas de la economía' en Wall Street?
Los de Wall Street no van por la cuerda floja, ellos tienen todas las medidas de seguridad posibles. Es una metáfora demasiado fácil. De todos modos, para mí es algo complicado responder a estas preguntas porque no sé y no comprendo qué está sucediendo con la economía. No leo diarios, no tengo televisión y nunca hablo de política porque no entiendo qué es.
¿Y cómo lo hace?
Vivo en un planeta completamente diferente. Si estuviera conmigo unos días vería que desde el minuto en el que me levanto estoy apasionado con algún proyecto, con alegría, con ganas y entonces me da lo mismo si llueve o hace sol porque no creo en las reglas. No entiendo la época en la que vivimos, no entiendo cómo vivimos. No entiendo a la gente que nos gobierna. Y por eso he creado mi propio mundo, que he fabricado con las cosas que más amo. E intento ser lo más perfeccionista que puedo en conseguir mis sueños.
Pues siento preguntarle lo siguiente, ¿cuál ha sido su peor experiencia en el trabajo?
Lo peor es cuando pones todo el empeño en un espectáculo y ves que hay gente a tu alrededor a la que no le interesa lo más mínimo lo que estás haciendo. Es criminal. Si eres un malabarista y alguien hace ruido, pierdes la concentración y las bolas caen. Pero es que si estás en lo alto de la cuerda floja, si pierdes la concentración, ¡pierdes la vida!
¿Alguna vez se ha caído?
No lo llamaría "caída". Practicando, en alguna ocasión, sí que me he salido de la cuerda. De todos modos, "caer" es un verbo que no entra en mi vocabulario. Si no fuera así no estaría aquí para responder a esta pregunta.
He leído que el mismísimo Muhammad Ali le dijo que admiraba su valor, ¿cómo fue eso?
Estábamos haciendo cola Muhammad Ali y yo para recibir el premio de la cadena de televisión en la que tanto él como yo habíamos salido en diferentes programas. Estábamos codo con codo y, de repente, se me acercó y me susurró al oído: "Tú sí que tienes pelotas". (ríe)
Vaya, tiene usted amigos famosos...
Cuando actúas por todo el mundo es normal. Sting, Robbie Willliams... Tengo amigos que todo el mundo sabe lo que hacen pero, claro, no estoy aquí para hacer amigos que sean famosos. Si tengo un proyecto ellos me dan sus consejos, pero nada más.
En Barcelona tenemos dos torres que recuerdan, salvando todas las distancias posibles, a las Torres Gemelas de NY que usted cruzó en 1974. Son la Torre Mapfre y el Hotel Arts.
Me encantaría actuar en Barcelona. Me encantaría poder cruzar desde la Torre Mapfre al Hotel Arts. Me gustaría ir a su ciudad para trabajar en un proyecto así. Si alguien me invita a poner una cuerda en algún lugar de la ciudad, aquí estoy. ¿Sabe qué?
Dígame
Nunca he actuado en España. Me gustaría también poner una cuerda en una plaza de toros, o en la Puerta de Europa de Madrid. Seguro que hay un montón de sitios donde poder actuar. De todos modos, no tienen porque ser los edificios más grandes y altos, simplemente tiene que ser algo bonito y diferente. Por ejemplo, una de mis ideas es poner una cuerda en una cueva gigante llena de velas, con música clásica. Mis proyectos no tienen porque ser los más grandes o los más altos, simplemente deben ser bellos.